En
el encuentro del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos (MMTC)
celebrado en julio de este año en Alemania, fruto del análisis y la
reflexión realizados en el seminario, acordamos en un nuestro plan
de acción, avanzar hacia una sociedad justa, fraternal y sostenible.
Entre las conclusiones acordamos lanzar una acción común todos los
movimientos, por una Renta Básica
Universal, una campaña de sensibilización y reivindicación
en la que queremos manifestar la necesidad de que todas las personas
tengan lo suficiente para vivir con dignidad y cubrir las necesidades
más básicas de ellas y sus familias.
¿Por qué
una Renta Básica Universal?
Lo primero que hemos
observado y comprobado en el análisis compartido por parte de los
delegados de los diversos continentes, es la realidad de sufrimiento
de muchas familias en todo el mundo por no tener los mínimos
recursos para poder vivir (sigue...)
Se producen
situaciones muy graves de pobreza y vulneración de los derechos
fundamentales en todas las partes del mundo. Hay millones de familias
que todavía no han tenido la posibilidad de tener un trabajo digno y
malviven en la economía informal, a base de explotación y
humillaciones. Por tanto no han podido disfrutar de los bienes
y derechos que en otras regiones se obtienen a través de un
empleo: salario, protección social, sanidad. Están viviendo en una
crisis permanente.
También hemos
constatado la situación de millones de familias que aún
teniendo trabajo, caen en procesos de empobrecimiento por la
precariedad de los empleos a los que acceden. Como consecuencia
pierden derechos sociales básicos, especialmente la vivienda, la
sanidad o la protección social. La crisis financiera a nivel mundial
ha hecho que esta situación se agrave en varias regiones del
mundo.
La OIT destaca la
situación que esta crisis mundial ha provocado y las dificultades
para generar cientos de millones de puestos de trabajo en los
próximos años, si no cambian las políticas económicas. En
este contexto el empleo, que en muchas regiones del mundo servía
como mecanismo de inserción y de integración social, ya no puede
cumplir esta función. La precarización de los empleos es una de las
consecuencias que el capitalismo neoliberal ha impuesto como
principal salida a la pretendida situación de crisis a nivel
mundial. El equilibrio entre el capital y el trabajo se está
rompiendo y esto supone la pérdida de la protección de los derechos
laborales que antes acompañaban a cualquier persona trabajadora.
Construir una
sociedad más justa, fraternal y sostenible, que ha sido el lema de
nuestro encuentro, requiere de mecanismos que concreten de
manera práctica que todas las personas puedan vivir con dignidad en
los aspectos más fundamentales de sus vidas. Desde nuestra identidad
cristiana creemos necesario que la organización de la sociedad
reconozca a cada persona, su dignidad, y la necesidad que tiene de
construirse en todas sus dimensiones.
El sentido y alcance
del derecho al trabajo de la Declaración Universal de los derechos
humanos, no se dio porque se pensara únicamente que el empleo era un
valor moral que necesitara protección. Se hizo más bien se estaba
pensando en el derecho al reconocimiento y a la inserción social, el
derecho de toda persona a tener una posición y ocupación
significativa en un grupo social. Hoy el empleo ya no cumple esta
función. Hay que buscar nuevas formas de garantizar y hacer real el
derecho a la inserción y al reconocimiento social, el derecho al
trabajo.
Ante el creciente
desempleo y la imposibilidad de ofrecer trabajo a una gran parte de
la población, las necesidades humanas básicas no pueden ser
cubiertas por las políticas económicas actuales que se fundamentan
en la creación de empleo. Por ello la urgencia y la necesidad de un
debate político donde se identifiquen nuevas formas en que las
personas puedan cubrir sus necesidades más fundamentales y básicas.
Cuando los mecanismos de protección social de tantos países a nivel
mundial están fracasando o en los países del área norte las
políticas de austeridad hacen que haya un auténtico empobrecimiento
de la vida de las personas, se hacen precisos unos ingresos básicos
que permitan el derecho a la vida.
¿Qué es la
Renta Básica Universal?
En este contexto es
donde puede tener sentido una Renta Básica Universal. Según la red
internacional por la Renta Básica Universal, BIEN (Basic
Income Earth Network), la novedad radica en que, a diferencia de
muchas de las ayudas existentes en los sistemas de bienestar, la
renta básica no se encuentra condicionada a ningún tipo de
necesidad de acreditar por parte del beneficiario una situación de
necesidad o de carestía. Es básica porque se trata de un ingreso a
partir del cual pueden sumarse otras rentas provenientes de distintas
fuentes. Además tiene un carácter absolutamente universal, se da a
todos como si de un derecho se tratase e incondicional, simplemente
por ser ciudadano. Esta renta serviría para otorgar a todos los
miembros de una comunidad política un reconocimiento de partida,
como ciudadanos que son de esa sociedad, y sería una forma de
valorar y reconocer las actividades que son trabajo pero no empleo.
Su vocación es
prevenir la pobreza y exclusión de millones de personas. Va dirigida
a cada persona, no al hogar o la familia. Sería la concreción del
derecho que tiene toda persona a percibir, por parte del Estado, una
cantidad periódica de dinero que cubra sus necesidades vitales sin
que por ello deba contraprestación alguna, e independientemente de
donde viva, de su raza o sexo, de que trabaje o no. Así la Renta
Básica Universal se inscribe dentro de los mecanismos de
distribución de la renta encaminados a superar las desigualdades
sociales. El dinero público estaría en manos de la ciudadanía en
forma de una Renta Básica, algo más efectivo que el rescate a las
entidades financieras.
Se cuestiona desde
muchos sectores políticos y económicos la viabilidad de esta
propuesta, debido a que la renta básica es la concreción de una
manera de ver la sociedad y la política. En realidad no es más
que una forma de redistribuir la riqueza. Su financiación
sería a través de la redistribución del capital y aumentando
la carga fiscal, pero no a las rentas de los trabajadores sino
al capital y a las transacciones financieras. En muchas partes del
mundo hay entidades, - la OIT, la propia ONU -, donde la Renta Básica
Universal, está ya en la agenda política. En Europa, ya se ha
realizado una propuesta al parlamento europeo, una iniciativa
legislativa popular en la que se pide un marco legal para su
aplicación en los estados miembros.
Como trabajadores
cristianos, los militantes del MMTC, hombres y mujeres, tenemos la
misión desde nuestro compromiso personal y comunitario, de aportar
propuestas concretas que contribuyan a resolver los problemas
de empobrecimiento de tantas familias trabajadoras. Hemos de apoyar
aquellas reformas políticas, económicas y legales necesarias para
que la economía se someta al imperativo del bien común, mediante su
orientación a las necesidades de las personas, la creación de
empelo digno y la protección de los derechos sociales de las
personas. La Renta Básica Universal es un instrumento que puede
ayudar a millones de desempleados, trabajadores precarios, jubilados,
etc. a salir de esta situación indigna. Por ello es importante
colocar en la agenda política de la comunidad internacional y en la
mayoría de la población mundial un profundo debate sobre esta
iniciativa y sumarnos a cuantas redes y acciones estén en esta
línea. Como trabajadores cristianos queremos manifestar nuestra
voluntad de contribuir en el establecimiento de unos principios de
organización social donde cada familia, cada persona, pueda
vivir con dignidad, con la dignidad que Dios ha querido para cada una
de sus hijas e hijos.
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