España es el sexto
exportador mundial de armamento pesado, por delante de países como
China o Italia y solo por detrás de Estados Unidos, Rusia, Alemania,
Francia y Reino Unido, según el último informe anual del Instituto
Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI).
Las exportaciones españolas de material de defensa
se han multiplicado por diez en la última década y, a pesar del
contexto de profunda crisis económica, un 44% sólo en el último
año. El valor total de las exportaciones de material bélico en 1999
fue de 141,65 millones de euros y de 1.346,5 millones en 2009.
La especial sensibilidad que generan las armas,
utilizadas en conflictos que acaban con la vida de miles de inocentes
en todo el mundo cada año, ha rodeado de un secretismo casi absoluto
a la industria militar española. Sin embargo, España no solo ha
crecido como potencia exportadora de armamento en los últimos años
sino que también ha registrado notables avances en materia de
transparencia y control sobre el comercio de armas.
En plena Primavera Árabe, cuando miles de
manifestantes eran víctimas de las represiones violentas por parte
de sus gobiernos, España exportó armas y material de defensa a la
Libia del dicatador Gadafi, a Bahréin, Arabia Saudí o Egipto por
valor de más de 10,5 millones de
euros. Así se desprende de los datos publicados por el
Ministerio de Economía y Competitividad (MEC), remitidos al Congreso
en enero de este año.
España ha autorizado en un año y medio la venta a
al menos 17 países donde se violan sistemáticamente los derechos
humanos o donde existe un conflicto latente o permanente. Sri Lanka,
Tailandia, Marruecos o Guinea Conakry son algunos ejemplos que
organizaciones agrupadas bajo el lema “Armas bajo control”, como
Greenpeace, Amnistía Internacional, Intermón Oxfam o Fundación per
la Pau, han definido como “muy
preocupantes”. En
su informe dichas organizaciones denuncian que el
Gobierno aprobó las exportaciones de material bélico pese a que
"corría el riesgo de ser usado para cometer violaciones
de derechos humanos".
"Existe un marco legal que nosotros valoramos
en su momento muy positivamente, pero parece que hay un déficit de
voluntad política y los intereses comerciales priman por encima de
los valores que los gobiernos dicen defender", señala Francisco
Ortego, portavoz de Amnistía Internacional en comercio de armas.
Ante la situación de crisis, España está dirigiendo sus ventas
cada vez más a países africanos o asiáticos con el único fin de
obtener beneficios, sin importar las condiciones políticas y humanas
de las distintas poblaciones.
- ¿Qué características tienen los países a los que exporta armas España? ¿Por qué precisamente las vende a esos países?
- ¿Cuál es el objetivo de la industria militar? ¿Y por qué ha crecido su actividad en estos últimos años?
- ¿Cuál es la crítica que le hacen las ong's internacionales?
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