En 1848
tuvo lugar la llamada “'primavera de los pueblos'”, última
oleada revolucionaria europea, de mayor amplitud que la de 1830,
y que supuso el inicio del fin de la
Restauración.
La revolución
presenta unas características comunes por su carácter liberal,
nacionalista y su contenido democrático. Participaron en ella
diferentes clases sociales, desde la burguesía industrial y
financiera hasta el proletariado, movido por su penosa situación
social (hambre, enfermedades, paro) y por la aparición del
socialismo premarxista, dirigido por intelectuales.
De nuevo la cuna
de la revolución fue Francia. Vino precedida por la crisis de 1847.
Las malas cosechas de 1846 y 1847 provocaron la subida del pan y
desencadenaron la crisis agrícola, que se acompañó de crisis
textil y financiera, lo que trajo consigo el paro y la inseguridad
para los obreros, generando malestar económico y el estallido de
motines.
Mientras tanto la monarquía de Luis Felipe había supuesto
la llegada al poder de la alta burguesía que lo había utilizado
para su exclusivo beneficio económico, marginando a la mediana y
pequeña burguesía, al campesinado y al proletariado gracias al
sufragio censitario (sólo votaban 200.000 en una población de 35
millones de habitantes. Las distintas corrientes políticas
solicitaron al gobierno una reforma de la Constitución pero el
ministro Guizot rechazó la petición.
Estos hechos
desencadenaron las revueltas de los días 22, 23 y 24 de febrero en
París. Se alzaron barricadas, se asaltó el Palacio real y el
ejército terminó confraternizando con los insurrectos. Luis Felipe
abdicó y se proclamó la II República.
En abril se formó
un Gobierno Provisional que abarcaba desde republicanos moderados,
como Lamartine, hasta socialistas utópicos, como Louis Blanc. Se
impulsó un programa de reformas políticas y sociales,
estableciéndose el sufragio universal masculino y aboliendo la pena
de muerte y la esclavitud. Se crearon los Talleres Nacionales,
dirigidos por el Estado, para intentar paliar el paro obrero.
Pero como el paro
persistía, el Gobierno con mayoría de republicanos moderados
decretó que los obreros en paro entre 18 y 25 años debían
obligatoriamente ingresar en el ejército o ir a trabajar a
provincias. El proletariado respondió alzándose contra la burguesía
en las jornadas del 22 al 26 de junio. Pero el ejército reprimió
duramente la sublevación, y hubo más de 1.500 muertos y 25.000
detenidos. Fue una dura lección para los obreros, que en adelante
tendrán que luchar ellos solos por sus derechos.
En medio de esta
dramática situación, Luis Napoleón Bonaparte, sobrino de Napoleón,
fue elegido presidente de la República. Las libertades fueron
restringiéndose cada vez más hasta que en un golpe de mano el
Segundo Imperio fue proclamado en 1851.
El movimiento
revolucionario se propagó desde París al resto de Europa. En el
Imperio Austriaco se desencadenaron en 1848 levantamientos de
estudiantes, obreros y pequeña burguesía. Aunque no todos tenían
los mismos objetivos, lograron implantar una monarquía
constitucional. Con ayuda de Rusia, el nuevo emperador Francisco José
logró restaurar el absolutismo.
En Italia los
revolucionarios luchaban a la vez por la libertad y por la unidad.
Los nacionalistas llegaron a declarar Repúblicas independientes en
Venecia, Toscana y Roma, pero fracasaron. Derrotados por los
austriacos en Lombardía y el Véneto, vieron cómo los franceses
reponían al Papa en Roma. Al finalizar, solamente el reino de
Piamonte, en manos de los Saboya, era liberal y constitucional.
En Alemania la
revolución de 1848 fue muy importante. Los patriotas consiguieron
establecer constituciones en 39 Estados y se convocó una Asamblea
nacional que nombró regente a Juan de Habsburgo. Este Parlamento de
Francfort resultó ineficaz, ya que no contaba ni con dinero, ni
armas, ni funcionarios y además estaba dividido. Por miedo a los
obreros, los parlamentarios ofrecieron la corona alemana al rey
Federico Guillermo IV de Prusia, quien no la aceptó. Así pues,
fracasó la revolución, aunque en Prusia se mantuvo un régimen
constitucional muy censitario.
- Explica detenidamente esta frase: “La revolución presenta unas características comunes por su carácter liberal, nacionalista y su contenido democrático”.
- ¿Cuáles son las causas de la Revolución de 1848?
- ¿Se podría decir que la revolución triunfó?
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