Las revoluciones
y protestas en el mundo
árabe de 2010 a 2012,
denominadas por distintos medios como
la Revolución
democrática árabe o
la Primavera árabe,
en una serie de alzamientos populares en los países árabes,
principalmente del norte de África,
calificados como revolución por la prensa internacional, que comenzó
con la revolución
tunecina.
Son unas revueltas sin precedentes en el mundo
árabe, ya
que si bien en la historia de éste ha habido numerosas
revoluciones laicas y republicanas,
hasta ahora éstas se habían caracterizado por nacer a partir de
golpes de Estado militares y dar paso a gobiernos en cierta medida
autoritarios con o sin apoyo popular, en tanto que los
acontecimientos actuales se caracterizan por un
reclamo democrático, y
de una mejora sustancial de las condiciones de vida. Por la
naturaleza de sus protestas (libertades democráticas,
cambios políticos, económicos y sociales), estas manifestaciones
masivas empiezan a ser comparadas con las revoluciones
de 1830,
las de 1848
y las revoluciones
en Europa del Este a
partir de la caída del muro
de Berlín en
1989 (sigue...)
La revolución democrática árabe es
considerada la primera gran oleada de
protestas laica y democrática del mundo
árabe en
el siglo
XXI.
Las protestas, de índole social y en el caso de Túnez,
apoyada por el ejército,
estuvieron causadas por factores estructurales y demográficos,
unas condiciones de vida duras
arraigadas en el desempleo,
a lo que se añadían regímenes corruptos y autoritarios. Por
último, la profunda crisis
económica que
sumió a los países del norte de África, junto con casi todo el
resto del mundo, en una pobreza más acuciante, fue un detonante al
producir la elevación del precio de los alimentos y otros productos
básicos, provocando la hambruna en
la población más pobre.
La mayoría de los
manifestantes fueron jóvenes (no en vano las protestas de Egipto han
recibido el nombre de revolución
de los jóvenes), cercanos
a Internet y cuya principal diferencia con sus generaciones
predecesoras es que cuentan con estudios básicos, e incluso a veces
superiores y universitarios. Immanuel
Wallerstein considera
la primavera
árabe actual como
una segunda rebelión
árabe, heredera de lo que
denomina espíritu
o corriente de 1968 que
no llegó a triunfar en su día y que ahora vuelve a resurgir y que
debe entenderse como parte fundamental de los movimientos mundiales
de protestas (Protestas
en Grecia de 2010-2011, Movimiento
15-M, Movilización
estudiantil en Chile de 2011,
Movilizaciones estudiantiles en Colombia de 2011 y 2012, Occupy
Wall Street, huelgas
en China en 2011).
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