lunes, 9 de septiembre de 2013

El feudalismo

Antes de la aparición del feudalismo lo habitual es que existiera un reino con un rey que tiene un poder central absoluto. Su poder se extiende por todo el territorio del reino, el cual está dividido en provincias y lo gobierna por medio de sus funcionarios. Pero en una sociedad rural y poco desarrollada, el rey cada vez tiene menos recursos de dinero, soldados, etc. y le resulta muy difícil gobernar todo el territorio.
(sigue...)


A lo largo de los siglos IX y X se producen una serie de invasiones de diversos pueblos, como los vikingos, eslavos, musulmanes, etc. Estos pueblos invaden, saquean, matan y hacen incursiones por el territorio del reino. Como el rey no tiene los recursos y la capacidad suficiente para defender el territorio, pide ayuda a hombres ricos y armados, generalmente nobles: ellos pondrán el dinero y los soldados necesarios para defender el territorio.

Estos hombres fuertes, a cambio de la ayuda al rey, reciben de éste más tierras del reino junto con los derechos propios del rey en esas tierras: dictar leyes, impartir justicia, cobrar impuestos, mantener un ejército permanente, etc. Surgen así los feudos. Un feudo es un señorío territorial, territorio donde gobierna un señor. El señor tiene todos los poderes:

- Judicial: imparte justicia y dicta leyes para su territorio.
- Económico: establece los impuestos sobre los habitantes del territorio.
- Militar: dispone de una comitiva personal y un conjunto de caballeros que integran su ejército, así como otros agentes del señor para el cumplimiento de las leyes en el señorío.
- Es el dueño directo de la mayor parte de la tierra.
- Es el dueño directo de la mayoría de las personas que viven en él.



Por tanto, con la aparición de los feudos, el territorio y el poder se van a fragmentar en unidades más pequeñas, que no son reinos independientes, pero casi funcionan como si lo fueran ya que el señor feudal es como si fuera un rey con su territorio. Es cierto que los feudos siguen estando integradas en el mismo reino y con un rey, pero en circunstancias distintas: cada señor feudal está unido al rey mediante un pacto o juramento de fidelidad. Por su parte, el rey tiene su propio feudo personal, las tierras que dependen directamente del rey. El resto de las tierras están vinculadas a él en la medida en que los señores feudales cumplen sus pactos de fidelidad.


En el sistema feudal el rey se sitúa en la cúspide de la pirámide, pero no con un poder absoluto, sino como primus inter pares, el primero entre iguales. Estos iguales eran los nobles y el clero. La legitimidad del rey para gobernar dependía de la sucesión dinástica pero debía ser confirmada por la Iglesia. Por eso, el rey tenía un carácter sagrado. Realmente el monarca solo tiene un poder total en su propio feudo, como un señor feudal más. Fuera de su feudo sus poderes son tres: es quien convoca y dirige el ejército feudal formado por los ejércitos de todos los señores feudales; puede pedir impuestos para asuntos especiales (campañas militares, matrimonio de sus hijas, etc.); y es el juez supremo si alguien acude pidiendo su justicia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario