domingo, 8 de septiembre de 2013

El reino de Dios



Jesús dedicó su vida a anunciar y hacer realidad el “reino de Dios”. Esta expresión quiere decir que Dios está ya actuando para ejercer su soberanía y hacer que las cosas sean como él desea. En la mentalidad de Israel el deseo de Dios es gobernar como un rey que defienda al débil y al oprimido, que traiga la justicia y la paz. Cuando Jesús anuncia que ya ha llegado el reino de Dios quiere decir que por fin se va a implantar una situación anhelada por todos los descontentos, para los desheredados, para los pobres, para los explotados, para los marginados e indefensos. En definitiva, el reino supone la denuncia del actual sistema establecido y, en consecuencia, la llegada de una nueva sociedad, una sociedad digna de las personas en la que se implante la igualdad, la libertad y la solidaridad.
Por supuesto, este ideal no se reduce a un mero proyecto de justicia social por dos motivos. En primer lugar, porque solamente alcanzará su realización definitiva en la plenitud de la vida con Dios. El reino es una tarea del ser humano que debe ir construyéndolo ya aquí en la tierra, pero solo culminará en la vida en el más allá porque es un regalo de Dios. Además, esa sociedad nueva no se conseguirá si no es mediante una conversión interior de cada una de las personas: cada uno debe convertirse de corazón y vivir desde los valores y actitudes que Dios quiere. Solo se podrá cambiar el mundo cuando todos personalmente cambiemos por dentro.

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